jueves, 4 de agosto de 2016

OBSTACULOS O LIMITANTES DE LAS ORGANIZACIONES



Veamos los principales obstáculos o limitantes que presentan las organizaciones, y sobre todo para quienes dirigen las instituciones:

ª Capacidad Potencial de sus Colaboradores.-
Uno de los principales problemas con que se enfrentan las empresas en la actualidad, es el no conocer con exactitud la capacidad potencial de sus colaboradores, de que disponen, lo que puede suponer una condición limitante para el desarrollo y crecimiento de las mismas, sobre todo si pensamos que el nivel de calidad de estos recursos no es el adecuado al cambio cibernético y tecnológico.

ª Políticas de Gobierno.-
El medio ambiente político que ejercen diversos grupos interesados y sus representantes. Una vez que se ha aprobado una ley, a las organizaciones no les queda más remedio que acatarlas. Pueden existir casos en que los que la constitucionalidad de la ley se ponga en duda abiertamente, o en que las sanciones sean demasiado débiles para reforzar su cumplimiento. Pero la mayoría de las veces, las leyes son aceptadas como una limitación a la actividad empresarial.

Está comprobado asimismo que cada gobierno que ingresa al poder, trae compromisos en materia laboral, con ciertos grupos, lo que muchas veces se legisla favoreciendo a esos grupos.

ª El Aspecto Socio Cultural del Colaborador.-
El contexto socio cultural afecta de distintas maneras a las empresas. Una de ellas es a través de las acciones y expectativas de sus colaboradores, los cuales traen consigo una gran variedad de orígenes, valores e influencias. Existen colaboradores con o sin vocación de servicio, pesimistas, optimistas, sumisos, como otros por su complejidad solo quieren mandar y no ejecutar. La segunda forma es aún más directa, ya que el éxito de las empresas depende en última instancia de sus atenciones y servicios a los clientes o consumidores y se dedica poco tiempo y esfuerzo para verificar que sus servicios sean apropiados y aceptables.

ª Falta de Planeación.-
Otro de los problemas latentes en las empresas, es la falta de planeación de los recursos humamos; Es decir no existe:

Análisis de las ampliaciones o reducciones esperadas en las unidades administrativas.

Análisis de las necesidades de capacitación y desarrollo adecuado para la planeación de cambios en la estructura de la empresa.

Un inventario de recursos humanos

Generalmente se contrata personal sin medir la consecuencia que pueda acarrear, dándose cuenta cuando la planilla es impagable o cuando existen más gastos que ingresos, también nos damos cuenta, cuando queremos cubrir puestos o cargos nuevos, ubicamos al personal tal vez menos indicado para el desarrollo de la función, lo cual no pasaría si hubiera habido un inventario de personal, de donde se escogería al personal más adecuado

ª La Centralización de Poder.-
Otro problema común es el poder de centralización, de las decisiones, en este caso los gerentes tienen temor o desconfianza de delegar parte de su volumen de trabajo y de la toma de decisiones; Muchas veces lo hacen, pero sin perder el control. Esto implica muchas veces que el encargado de personal esta de "pantalla". En estos casos los gerentes todavía no conocen su verdadero rol, o misión empresarial y se dirige las empresas con cierto temor de perder la autoridad, y hasta desconfianza de sus colaboradores más cercanos, ellos quieren que todo pase necesariamente por despacho, por lo que desde un punto de vista de un gerente ejecutivo no debe ocurrir así.

ª Desconocimiento de las Técnicas Mínimas de Recursos Humanos.-
Uno de los más graves problemas con que se encuentran las empresas en materia de recursos humanos es que no existe un "procedimiento de reclutamiento, selección y contratación de personal"; el ingreso del personal a la empresa, se hace utilizando muchos criterios, como también se da que en algunas organizaciones se hace concurso o selección, pero solo para simular ya que muchas veces el puesto ya tiene nombre. Por ello es recomendable que existan políticas sobre el particular, estableciendo la forma técnica de reclutar, seleccionar y contratar, a fin de que sólo ingresen a la empresa personas capaces y motivadas para comportarse dentro de los estándares de control.

ª Naturaleza de los Colaboradores.-
La dificultad radica en que las personas, por naturaleza somos diferentes y así como también nuestro comportamiento, los motivos que impulsan estar de acuerdo o no con las tareas encomendadas, nuestras aspiraciones y expectativas, nuestras habilidades y experiencias e incluso nuestra escala de valores y principios: la administración de recursos humanos deberá integrar todas estas diferencias, alinearlas sin perder su singularidad y orientarlas al trabajo en equipo resguardando un clima de sana convivencia. Allí radica la dificultad. Pero todo depende de la manera como usted maneje a sus colaboradores para obtener los resultados esperados.

ª Tino y Desinterés.-
Finalmente se observa una falta y menoscabo de las empresas hacia los colaboradores, por la no fijación de objetivos y políticas en materia de personal, provocando un desinterés o motivación y baja productividad o rendimiento de parte de los colaboradores. La empresa debe tener en cuenta que sin los colaboradores está no alcanzaría los éxitos, lo que debe ponerse mayor interés y consideración estableciendo políticas y/o objetivos para tener motivados siempre al capital intelectual.

Autor: Sabino Ayala Villegas

viernes, 5 de febrero de 2016

CONSUMO V


Economía de la envidia y la solidaridad

El análisis de las preferencias de los consumidores mediante mapas de curvas de indiferencia permite describir los gustos de los individuos ante la riqueza ajena, es decir, describir los instintos de envidia y solidaridad. La solidaridad (caridad, filantropía,...) consiste en sentirse apesadumbrado o, en términos neoclásicos, en recibir utilidad negativa, por el hecho de saber que otro individuo tiene insatisfechas más necesidades o que dispone de ingresos más bajos, y estar dispuesto a ceder parte de la riqueza propia para aumentar la riqueza ajena. La envidia, por el contrario, consiste en experimentar una disminución de la utilidad propia ante la riqueza ajena. El envidioso está dispuesto a dedicar esfuerzo y tiempo, renunciando a utilidad propia, para conseguir disminuir la utilidad ajena.


Envidia y la solidaridad representadas en un mapa de curvas de indiferencia.

En la figura observamos el mapa de curvas de indiferencia de un individuo entre la riqueza propia y la ajena. La línea de 45º está formada por todos los puntos en los que los ingresos propios y ajenos son iguales. Las líneas rígidas verticales representan el mapa de curvas de indiferencia si el individuo es neutral ante la riqueza ajena: prefiere más riqueza propia a menos, pero para un nivel determinado de riqueza propia, su utilidad es la misma sea cual sea la riqueza ajena.

Por debajo de la línea de 45º, es decir, cuando los ingresos ajenos son más bajos que los propios, las curvas de indiferencia se distorsionan hacia la derecha. Eso es la consecuencia de que el individuo esté dispuesto a ceder parte de la riqueza propia para conseguir el aumento de la riqueza ajena... hasta que se iguale a la propia.

Por encima de la línea de 45º se muestra el sentimiento contrario, la envidia ante la riqueza ajena. Las curvas de indiferencia se desvían indicando así que la desutilidad recibida por percibir la riqueza ajena requiere ser compensada por un aumento de la riqueza propia. O, en otras palabras, que el individuo está dispuesto a entregar parte de la utilidad propia con tal de ver disminuir la utilidad ajena.

La envidia y la solidaridad son las dos caras de una misma moneda: el deseo de igualdad social, de equidad, de que todos sean iguales... a mí. Ambos sentimientos están profundamente arraigados en el ser humano y representan un importante papel en el mantenimiento de la cohesión social.

Su universalidad permite formular la hipótesis de que son instintos desarrollados y fortalecidos durante los cuatro millones de años en los que las bandas de cazadores-recolectores vagabundearon por nuestro planeta; la solidaridad fomentaría la protección de los débiles mientras que la envidia bloquearía las posibilidades de independencia de los fuertes; los individuos y las bandas dotados de esos instintos permanecerían más cohesionados, más unidos, con mayor fuerza social para soportar situaciones críticas; en la lucha por la supervivencia esos instintos proporcionarían mayores probabilidades de éxito, por lo que serían transmitidos a un mayor número de descendientes.

Lo que en su día fomentó la cohesión de la banda, sirvió posteriormente para mantener la cohesión de la urbe, después para la nación y ahora para el planeta. El sentimiento generalizado de solidaridad hacia los problemas del tercer mundo está forzando a los gobiernos de los países desarrollados a prestarle su atención y ayuda. La envidia puede actuar positivamente como un estímulo para el progreso económico, fomentando el esfuerzo para alcanzar una mayor eficacia y obtener las mismas rentas que los individuos más ricos, pero sus efectos son principalmente negativos: cohíbe el espíritu emprendedor y desincentiva el triunfo. Además, suele ser utilizada negativamente por algunos gobiernos: en unión a la xenofobia, está siendo esgrimida para, suscitando sentimientos anti-países-ricos, cohesionar a los súbditos y conseguir mayor sumisión.