domingo, 20 de diciembre de 2009

CONSUMO PARTE IV


Óptimo social y óptimo paretiano

Vilfredo Pareto (1848-1923)

Los primeros utilitaristas pensaban que la utilidad era una magnitud cardinal como la longitud o la temperatura, medible en "útiles" y que era posible realizar comparaciones interpersonales: una cabaña de troncos proporcionaría al Sr. Rockefeller 10 útiles, por ejemplo, y al Sr. Ngone, 35.

El economista italiano Vilfredo Pareto, a principios del s. XX, negó la posibilidad de realizar ese tipo de comparaciones y reconstruyó la teoría del consumo y la demanda sobre una nueva base: el concepto ordinal de la utilidad. El concepto ordinal permite afirmar tan sólo que para un individuo determinado, tres pasteles tienen más utilidad que dos, sin poder determinar si ese "más" significa el doble o el triple. Además, en su reconstrucción de la teoría no utilizó comparaciones interpersonales de utilidad.

NOTA:
Las variables cardinales son de magnitud medible. Puede decirse con precisión cuantas unidades contienen.

Las variables ordinales son magnitud comparable. Aunque no pueda decirse con precisión cuantas unidades contienen, sí es posible decir que una es mayor, igual o menor que otra.

Todas las variables cardinales son ordinales, pero no todas las ordinales son cardinales.



El instrumento clave para el paso al concepto de utilidad ordinal había sido propuesto por el irlandés Edgeworth: las curvas de indiferencia. La figura de la izquierda muestra un mapa de curvas de indiferencia. Cada punto de ese mapa representa una combinación de diversas cantidades del bien X y del bien Y. Al igual que las líneas isobaras en los mapas metereológicos unen puntos de igual presión atmosférica, las curvas de indiferencia unen puntos que proporcionan la misma utilidad al individuo a que se refiere el mapa, es decir, cestas de bienes ante las que el individuo es indiferente. Las líneas más alejadas del origen muestran situaciones preferidas. Así, el individuo a que se refiere el mapa es indiferente a B y C, prefiere cualquiera de estas situaciones a A, pero conseguirá más utilidad en el punto D. Obsérvese que el punto D representa una menor cantidad del bien Y, carencia que parece quedar compensada con creces por una mucha mayor cantidad del bien X.


Para comprender mejor el significado de los mapas de indiferencia conviene tener en cuenta que todos los puntos del mapa pertenecen sólo a una curva de indiferencia; dicho en otras palabras, las curvas de indiferencia no se cortan.

Pero la capacidad de compra de los consumidores está limitada por el presupuesto de que dispongan. En la figura de la derecha se muestra la línea de presupuesto que marca el límite de las combinaciones de bienes que el individuo puede adquirir. Si decide gastar todo su presupuesto en el bien Y, obtendría la cantidad Y1. Si decidiera gastarlo todo en el bien X podría obtener X1. Los puntos por debajo de la línea Y1-X1 representan situaciones en las que el individuo no se ha gastado todo lo que puede. Para este consumidor, la situación preferida de entre las posibles es el punto r: aquel en que la línea de presupuesto toca a la curva de indiferencia más alejada del origen. Si el individuo actúa racionalmente, esa será la combinación de bienes elegida.

Las formulaciones de los utilitaristas, su concepción cardinal de la utilidad, les impulsaron a proponer reformas sociales que aumentarían la utilidad social total, concebida esta como la suma de la utilidad total de todos los individuos.

ESTAS FUERON SUS PALABRAS
"No estoy seguro de cómo estas dudas surgieron por primera vez; pero recuerdo bien cómo fueron traídas a mi cabeza por mi lectura en algún lugar —creo que en las obras de Sir Henry Maine— de la historia de cómo un funcionario indio había intentado explicar a un brahmán de la casta superior las sanciones del sistema de Bentham. "Pero eso —dijo el brahmán— no puede ser justo. Yo soy diez veces más capaz de felicidad que ese intocable de ahí". No sentí simpatía hacia el brahmán. Pero no pude evitar la convicción de que, si yo eligiera considerar a los hombres como igualmente capaces de satisfacción y él los considerara como diferentes según un esquema jerárquico, la diferencia entre nosotros no podría ser resuelta mediante los mismos métodos de demostración que resultaban útiles en otros terrenos del juicio social."

Lionel Robbins, "Interpersonal Comparisons of Utility", Economic Journal, 1938.


Si se admite la posibilidad de realizar comparaciones interpersonales de utilidad puede establecerse que mil pesetas proporcionan a un rico una utilidad marginal mucho menor que la que proporcionarían a un pobre. Como consecuencia de ésto, si procedemos a una redistribución de la riqueza existente, quitando esas mil pesetas al rico y entregándoselas al pobre, la utilidad total de la sociedad habrá aumentado. La conclusión es evidente, el óptimo social, la situación en la que la riqueza de una sociedad está distribuída de forma que proporcione la máxima utilidad total, se consigue cuando toda la riqueza está distribuída a partes iguales entre todos los individuos.

Muchos pensadores experimentaron dudas acerca de la posibilidad de realizar comparaciones interpersonales de utilidad, pero fue Pareto el que ofreció una alternativa intelectualmente satisfactoria. Aunque no podamos distinguir si un bien proporciona más utilidad a una persona que a otra, sí hay circunstancias en las que podemos asegurar sin temor a equivocarnos que la utilidad social total ha aumentado o disminuido.

Se dice de una distribución de riqueza que es paretiano-preferida a otra cuando alguno de los individuos ha visto aumentada su utilidad, sin que haya disminuido la de ningún otro. Mejoramiento paretiano es todo cambio en el que algún individuo obtiene más utilidad sin que disminuya la utilidad de ningún otro. Realizando sucesivos mejoramientos paretianos se alcanzará una situación óptima. Un óptimo paretiano es una situación en la que nadie puede conseguir un aumento en su utilidad total sin que ello implique disminución en la utilidad de otro.

sábado, 19 de diciembre de 2009

EL CONSUMO (3)



Utilidad y equidad

El concepto económico de utilidad ha experimentado considerables cambios a lo largo de su historia, dando origen a fuertes controversias. A pesar de ser un concepto aparentemente muy abstracto, tiene importantes implicaciones jurídicas y políticas, determinando diversos enfoques de la equidad y diferentes criterios de redistribución.

Supongamos que un juez tiene que repartir una herencia de diez millones de euros entre diez hermanos. El difunto padre dejó estipulado que el dinero se introduciría en diez cajas numeradas que serían posteriormente asignadas por sorteo, una para cada heredero. Pero, al no haber quedado establecidas las cantidades a depositar en cada una de las cajas, el juez es el que debe decidir entre los posibles criterios de reparto.

El criterio de equidad estricta: todos los hermanos reciben exactamente la misma cantidad de dinero.

El criterio de la igualdad de oportunidades: Todos los hermanos tienen las mismas probabilidades de beneficio.

Criterio simple de eficiencia: Todos los hermanos obtienen la misma utilidad.

Criterio de eficiencia personalizada: Los hermanos más pobres reciben más dinero.

Criterio paretiano: Ninguna forma de reparto es mejor o peor siempre que se haya repartido todo el dinero.

1. El criterio de equidad estricta es una estrategia maximin. La Teoría de Juegos es una técnica de análisis del comportamiento humano propuesta por el matemático von Neumann y el economista Oskar Morgenstern. Una de sus propuestas más conocidas es el de la estrategia maximín como solución de máxima seguridad en cierto tipo de situaciones llamadas juegos de suma cero, cuya peculiaridad consiste en que la suma de los resultados posibles es constante. Maximín consiste en elegir la solución que maximiza el mínimo resultado posible. Para un pesimista que considere que siempre le toca la peor parte, la estrategia maximín le garantiza que esa peor parte será lo menos mala posible.

Solución 1ª: El problema propuesto es un juego de suma cero porque la suma del contenido de las cajas, diez millones, será la misma sea cual sea el reparto que se haga. Si el juez decide utilizar como criterio de justicia el concepto más estricto de equidad, la estrategia maximín, depositará en cada caja una cantidad exactamente igual, a saber, un millón de pesetas. Queda así garantizado que el heredero menos afortunado habrá recibido el máximo posible: lo mismo que todos sus hermanos.

2. El criterio de la igualdad de oportunidades. Pero, en principio, no hay ninguna razón para argumentar que el criterio maximín es el único criterio de equidad aplicable. El concepto de valor esperado proporciona una gama mayor de soluciones. Esta idea tiene su origen en los primeros estudiosos de la teoría matemática de la probabilidad, allá por el siglo dieciocho. El valor esperado es el resultado de sumar todos los resultados posibles, multiplicados cada uno de ellos por la probabilidad de que se produzcan.

Solución 2ª. Con el criterio del valor esperado cualquier reparto del dinero entre las cajas será igual de justo, siempre que las cajas sean distribuidas entre los herederos con igual probabilidad. Supongamos que el juez introduce cuatro, tres, dos y un millón de pesetas en las cuatro primeras cajas y nada en las restantes. El valor esperado para todos los hermanos será el mismo: un millón de pesetas. Es más, sería el mismo tanto si en una de las diez cajas se guarda el total de los diez millones como si, como en el ejemplo anterior, el dinero se repartiera a partes iguales de un millón en cada caja.

Esta argumentación supone que los hermanos son indiferentes al riesgo. El valor esperado implica más riesgo que la estrategia maximín, el riesgo de no obtener nada. Hay algunas personas que tienen aversión al riesgo por lo que si se les da a elegir entre la solución 1ª y la 2ª preferirán la 1ª. Otras, en cambio, tienen preferencia por el riesgo; todos los aficionados a jugar la lotería son individuos con preferencia por el riesgo ya que el valor esperado del premio es siempre menor que el precio del billete. Una persona indiferente al riesgo será indiferente ante la solución 1ª y la 2ª al problema que hemos planteado.

3. Criterio simple de eficiencia. La justicia puede aspirar no sólo a la equidad, sino también a la eficiencia. Es decir, no se trata tan sólo de conseguir una distribución que satisfaga a todos por igual sino buscar además que la suma de las utilidades conseguidas por cada uno de los individuos se haga máxima. Pero si se considera que es posible sumar utilidades se está aceptando el concepto cardinal de utilidad. Sobre esa base, para satisfacer el doble objetivo de eficiencia y equidad, el concepto de utilidad marginal decreciente limita las posibilidades del reparto: cuanto más igualitario sea, mayor la suma total de las utilidades.

Solución 3ª. El juez decide calificar la utilidad de un millón de pesetas como un "utilón" y considerar que cantidades mayores de dinero experimentan un crecimiento marginal decreciente según la función neperiana del cuadro 4.2 (cualquier otra función decreciente conduciría a las mismas conclusiones). Así, si el reparto fuera diez millones de pesetas en una caja y nada en las restantes, la utilidad total sería de 3,3 utilones. Si el reparto fuera como en el ejemplo 2º de cuatro, tres, dos y un millones en sólo cuatro cajas, la utilidad total sería de 7,18 utilones. La distribución que maximizaría la utilidad total sería la del ejemplo 1º: un millón en cada caja, que proporcionaría en total diez utilones.

4. Criterio de eficiencia personalizada. Sin embargo, para conducir hasta sus últimas consecuencias el concepto cardinal de la utilidad aplicado en la solución anterior, es necesario tener en cuenta que la utilidad de un millón de pesetas es diferente para cada individuo. Puede esperarse que para una persona cuyas rentas sean de cinco millones anuales, un millón adicional proporcionará una utilidad marginal muy superior que la que proporcionaría ese mismo millón a otra persona con rentas anuales de cien millones.

Solución 4ª. Para maximizar la utilidad proporcionada por la herencia, el juez decide no sortear las cajas. A cada hermano entregará una cantidad inversamente proporcional a las rentas que estén percibiendo habitualmente. Se podrá conseguir una situación óptima si el reparto, compensando a los más pobres, consigue igualar totalmente las rentas de todos los hermanos.

5. Criterio Paretiano. Pareto niega la posibilidad de comparar utilidades. No es posible afirmar que la utilidad de cinco millones sea 2,61 veces la de un millón, ni tampoco se puede decir que un pobre sea capaz de disfrutar más de un millón de pesetas que un rico. Sólo se puede afirmar que una situación es preferible a otra cuando alguien haya ganado algo sin que ningún otro haya perdido.

Solución 5ª. El criterio paretiano vuelve a conceder al juez libertad para adoptar cualquier decisión. Cualquier reparto que se haga de los diez millones supondrá una mejora paretiana ya que ningún hermano habrá experimentado pérdida alguna. Tan sólo hay una condición que cumplir: que toda la herencia se reparta totalmente.

jueves, 17 de diciembre de 2009

EL CONSUMO (2)







La elasticidad de la demanda

Hay algunos bienes cuya demanda es muy sensible al precio, pequeñas variaciones en su precio provocan grandes variaciones en la cantidad demandada. Se dice de ellos que tienen demanda elástica. Los bienes que, por el contrario, son poco sensibles al precio son los de demanda inelástica o rígida. En éstos pueden producirse grandes variaciones en los precios sin que los consumidores varíen las cantidades que demandan. El caso intermedio se llama de elasticidad unitaria.

La elasticidad de la demanda se mide calculando el porcentaje en que varía la cantidad demandada de un bien cuando su precio varía en un uno por ciento. Si el resultado de la operación es mayor que uno, la demanda de ese bien es elástica; si el resultado está entre cero y uno, su demanda es inelástica.

Los factores que influyen en que la demanda de un bien sea más o menos elástica son:

1) Tipo de necesidades que satisface el bien. Si el bien es de primera necesidad la demanda es inelástica, se adquiere sea cual sea el precio; en cambio si el bien es de lujo la demanda será elástica ya que si el precio aumenta un poco muchos consumidores podrán prescindir de él.

2) Existencia de bienes sustitutivos. Si existen buenos sustitutos la demanda del bien será muy elástica. Por ejemplo, un pequeño aumento en el precio del aceite de oliva puede provocar que un gran número de amas de casa se decida por usar el de girasol.

3) Importancia del bien en términos de coste. Si el gasto en ese bien supone un porcentaje muy pequeño de la renta de los individuos, su demanda será inelástica. Por ejemplo, el lápiz. Las variaciones en su precio influyen muy poco en las decisiones de los consumidores que desean adquirirlos.

4) El paso del tiempo. Para casi todos los bienes, cuanto mayor sea el período de tiempo considerado mayor será la elasticidad de la demanda. Puede ser que al aumentar el precio de la gasolina, su consumo no varíe mucho, pero al pasar el tiempo podrá ser substituida en algunos de sus usos por el carbón, en otros usos por el alcohol, de forma que la disminución en la demanda sólo se nota cuando pasa el tiempo.

5) El precio. finalmente hay que tener en cuenta que la elasticidad de la demanda no es la misma a lo largo de toda la curva. Es posible que para precios altos la demanda sea menos elástica que cuando los precios son más bajos o al revés, dependiendo del producto de que se trate.

Hay diferentes clases de elasticidad. El fenómeno que hemos estado analizando bajo el nombre de "elasticidad" a secas, podríamos haberlo llamado con mayor propiedad elasticidad-precio ya que se trataba de medir la sensibilidad de la demanda a las variaciones en los precios. Pero la demanda puede ser también más o menos sensible a otros factores. Llamaremos elasticidad-renta a la medida de la sensibilidad de la demanda de un bien a las variaciones en la renta del consumidor. Llamaremos elasticidad cruzada a la medida de la sensibilidad de la demanda de un bien a las variaciones en el precio de otros bienes.

Según vimos antes, cuando la renta de un individuo aumenta, su consumo de todos los bienes aumentará también. Sin embargo eso no es siempre cierto. Hay algunos bienes, los llamados bienes inferiores, que se caracterizan por el hecho de que al aumentar la renta de los individuos disminuye el consumo de ellos. El ejemplo clásico es el de las patatas o, en general, el de los alimentos ricos en féculas. Conforme aumenta la renta de los individuos y de las sociedades, estos alimentos son substituidos por otros más ricos en proteínas, la carne, por ejemplo. Hay otros bienes, por el contrario, cuyo consumo aumenta más que proporcionalmente al aumentar las rentas. Son los bienes de lujo.

Para medir la sensibilidad de los bienes a las variaciones en la renta de los individuos se utiliza el concepto de elasticidad-renta: porcentaje en que varía la cantidad demandada de un bien cuando la renta del consumidor varía en un uno por ciento. En el caso de los bienes inferiores, la elasticidad-renta es negativa ya que el aumento de ésta provoca la contracción de la demanda de aquellos. La elasticidad-renta de los bienes de lujo es muy alta ya que las variaciones en la renta provocan grandes variaciones en la cantidad demandada. Los bienes de primera necesidad, a diferencia de los bienes inferiores, tienen la elasticidad-renta de la demanda positiva pero muy pequeña, en otras palabras, su demanda es inelástica con respecto a la renta. Finalmente, los bienes normales mostrarán una elasticidad-renta unitaria, es decir, su demanda aumentará aproximadamente en la misma proporción en que lo haga la renta de los individuos.

Las relaciones que existan entre bienes permiten otra forma de clasificación. Se llaman bienes complementarios a los que son consumidos conjuntamente: los coches y la gasolina, los canarios y las jaulas. La peculiaridad de estos bienes es que cuando aumenta el precio de uno disminuye la cantidad demandada del otro. El fenómeno opuesto puede observarse en el caso de los bienes sustitutivos o sustituibles, los que pueden utilizarse de forma alternativa: el aceite de oliva y el de girasol. En este caso el aumento del precio de uno provoca el aumento de la cantidad demandada del otro.

Para medir la sensibilidad de la demanda de un bien a las variaciones en el precio de otro se utiliza la elasticidad cruzada: porcentaje en que varía la cantidad demandada de un bien cuando el precio de otro varía en un uno por ciento. La elasticidad cruzada será positiva si las variaciones en el precio y en la cantidad demandada van en el mismo sentido, es decir, en el caso de los bienes sustitutivos. Como el sentido del cambio es diferente entre el precio y la demanda de los bienes complementarios, su elasticidad cruzada será negativa.

martes, 15 de diciembre de 2009

EL CONSUMO (1)



Utilidad total y marginal

La consideración de las familias como propietarias de los recursos productivos y perceptoras de rentas se analiza en otra parte de este curso. Aquí vamos a considerarlas sólo como demandantes de bienes y servicios por lo que nos referiremos a estos agentes económicos con el término de 'consumidores'.

Al analizar el consumo a finales del siglo pasado, los economistas neoclásicos, siguiendo las ideas de la filosofía utilitarista de Jeremy Bentham, supusieron que el móvil principal de los individuos al demandar bienes y servicios era obtener el máximo posible de utilidad. Observaron que la utilidad que proporciona el consumo de un bien depende, entre otras cosas, de la cantidad de ese bien que haya consumido el individuo. Establecieron así la distinción entre utilidad total, la utilidad que proporciona toda la cantidad consumida del bien, y la utilidad marginal: el aumento en la utilidad total que produce la última unidad consumida de ese bien. Observaron así mismo que al aumentar el consumo de un bien la satisfacción producida por cada nueva unidad es menor que la producida por la anterior, por lo que dedujeron que la utilidad marginal es decreciente. (Ver las Leyes de Gossen).

Supongamos, por ejemplo, que entramos en una pastelería para merendar. El primer dulce nos producirá mucha satisfacción; el segundo ya no nos gustará tanto. Si seguimos tomando pasteles llegará un momento en que nos sentiremos saciados. Cualquier pastel consumido después de la saciedad nos resultará desagradable. La utilidad marginal de los pasteles, es decir, la utilidad proporcionada por el último pastel consumido, se ha ido haciendo cada vez menor hasta llegar a ser negativa.


La imagen representa gráficamente la utilidad total, en la parte superior, y la utilidad marginal producida por los pasteles de nuestro ejemplo. Obsérvese que la altura de los "escalones" de la utilidad total coincide con el tamaño de los escalones de la utilidad marginal. En efecto, la utilidad total percibida por el consumo de cuatro pasteles es igual a la utilidad total percibida por el consumo de tres pasteles más la utilidad producida por el cuarto, es decir, por su utilidad marginal.

Esa representación de la utilidad se ha presentado en forma discreta, es decir, considerando el efecto de cada pastel uno a uno. Podríamos haber considerado la utilidad producida por cada medio pastel, o por cada cuarto de pastel, o por trozos de pastel todo lo pequeños que queramos. Haciéndolo así, la anchura de cada escalón se reduciría hasta ser de un solo punto y la escalera se transformaría en una línea curva. Esa es una presentación de la utilidad en forma continua.

ESTAS FUERON SUS PALABRAS
Hay una buena actuación ajustando los márgenes entre cada línea de gasto de modo que la utilidad marginal del chelín gastado en cada uno de los bienes sea igual. Y este resultado será alcanzado individualmente vigilando constantemente si hay algo en lo que se está gastando tanto, que ganaría retirando un poco de dinero de esa línea de gasto y poniéndolo en alguna otra.

(Alfred Marshall, Principles of Economics, 1890)

Si a un individuo se le ofrece la posibilidad de adquirir unidades de dos tipos de bienes elegirá aquel que le produzca mayor satisfacción, es decir, aquel cuya utilidad marginal sea mayor. Si se le ofrece la posibilidad de elegir de nuevo utilizará el mismo criterio una y otra vez. Como consecuencia de ello la utilidad marginal del bien más apetecible irá disminuyendo hasta igualarse con la del otro. Si consideramos muchos bienes el argumento sigue siendo el mismo por lo que la utilidad marginal de todos los bienes consumidos tiende a igualarse.

El dinero es útil: nos permite adquirir otros bienes y servicios y nos proporciona mucha tranquilidad y seguridad para el futuro. La utilidad marginal del dinero, como la de cualquier otro bien, es decreciente. Si hemos adquirido muchos bienes y nos queda poco dinero, su utilidad marginal será alta por lo que lo conservaremos sin intercambiarlo por otros bienes. Si nuestra renta aumenta, es decir, si aumenta la cantidad de dinero disponible, la utilidad marginal de cada peseta será menor que la de los otros bienes, por lo que aumentará nuestra demanda de ellos.

La forma de la curva de demanda, su pendiente decreciente y su convexidad hacia el origen, es precisamente consecuencia del análisis de la utilidad marginal: al aumentar la cantidad demandada, su utilidad marginal es cada vez menor por lo que estaremos dispuestos a pagar cada vez menos dinero por el producto.

sábado, 4 de abril de 2009

Liberalismo, crisis de 1929, Neoliberalismo 2009 , lo mismo?


Por Elliot V.Bell El Siguiente texto del New York Times reconstruye, hora por hora, el

Nefasto día.

Bell fue un pionero del periodismo financiero cuando el mercado accionario se derrumbo en 1929, pertenecía al staff del New York Times.

“El día estaba nublado y frío. Un suave viento del noroeste soplaba por las estrechos calles de Wall Street y la temperatura hacia que los banqueros y agentes de bolsa que se dirigían a su trabajo se ajustaran sus abrigos al cuerpo. Los accionistas, reunidos en los salones de los corredores de bolsa, estaban nerviosos pero esperanzadas a medidas que las 10. Hora de apertura, se acercaba. El sentimiento general era lo que peor ya había pasado y muchos especuladores, que prudentemente habían vendido todo, se felicitaban por haber comprado nuevamente sus acciones a un precio mucho mas barato. Rara vez el pequeño vendedor había tenido un consejo mejor para guiarse.


El Mercado abrió fiel con precios semejantes a los del día anterior, a pesar que algunos bloques algo grandes de 20.000 y 25.000 acciones que salieron al comienzo. Durante la primera media hora aflojo fácilmente y luego alrededor de las once, se desato el diluvio. Llego con una velocidad y ferocidad que los dejo aturdidos. El piso simplemente se desplomo y quedo fuera del mercado. De todo el país un torrente de ordenes de venta llego el al local de la Bolsa y no había ordenes de compra para balancearlas. Las cotizaciones de rubros importantes como el acero, teléfonos y Anaconda comenzaron a caer dos, tres, cinco y hasta diez puntos entre venta.
Las acciones menos importantes se volvieron no comerciables. En pocos momentos el servicio de cinta de cotizaciones se había hundido sin esperanzas y desde entonces nadie supo lo que realmente estaba pensando. A la una y media el marcador estaba atrasado cerca de dos horas, a las dos y treinta llevaba 147 minutos de atraso. La última cotización no se imprimió en la cinta hasta las 19:08, cuatro horas, ocho minutos y medio después del cierre. Mientras tanto, Wall Street había vivido una increíble pesadilla.

En la extraña manera en que se dispersan las noticias de un desastre, la expresión colapso del mercado corrió a través de la ciudad. Al mediodía grandes multitudes se habían reunido en la equina Broad y Wall Street, donde la bolsa enfrenta, en una esquina, a Morgan`s. En los escalones del edificio del Tesoro, frente a Morgan´s, una multitud de reporteros gráficos tomaban posiciones. Él transito estaba bloqueado fuera de las calles del distrito financiero por la aglomeración.
Fue en esa terrible escena donde los Banqueros lideres corrieron aprisa hacia Morgan`s para reunirse en un esfuerzo por salvar el día. Poco después del mediodía, Mr Mitchell dejo el National City Bank y se dirigió hacia el oeste de Wall Street, hacia Morgan s. En cuanto, entro se vio a Albert H.Wiggin bajando rápido desde el Chase National Bank, una cuadra al norte. Pisándole los talones llego William C. Potter, presidente del Guaranty Trust, seguido por Steward Prosser del Bankers Trust. Mas tarde GeorgeF.Baker Jr del First National, se unió al grupo.

Demasiado tarde

La noticia de la reunión de los Banqueros corrió por la calles y llego a la sala cotizaciones. Las acciones comenzaron a llegar pero para muchos era ya demasiado tarde. Miles de vendedores, pequeños y grandes, se habían entusiasmado en esa hora entre las once y las doce. Pero la confianza en los líderes políticos y financieros del país y la fe en la solidez de las condiciones económicas recibieron un golpe demoledor. El Pánico estaba instalado.

En Morgan´s los directores de seis bancos formaron un consorcio, comprometiéndose en un total de 240 millones de dólares o 40 millones cada uno, para obtener un ´´ colchón ´´ de poder adquisitivo detrás del mercado caído. Además otras instituciones financieras, incluidas James Speyer and Company y Guggenheim Brothers, enviaron a Morgan´s ofertas de fondos no solicitados y agregaron casi 100 millones de dólares. No fue solo la primera instancia de una fusión de Banqueros en acciones sino, de lejos, la mayor concentración de poder adquisitivo fusionado jamás formado en el mercado accionario, pero antes el pánico fue penosamente inadecuada.
Luego de haberse reunido los Banqueros Thomas W. Lamont, socio de Morgan´ s salió ante la multitud de periodistas que se hallaban reunida en la entrada del banco. En una declaración que desde entonces es un clásico de Wall Street señalo; “Parece que ha habido una venta conflictiva en el mercado” Bolsillos de aire.

Fue en esa misma reunión que ´´ T.w. ´´ dio a la comunidad financiera una nueva frase- ´´ bolsillos de aire ´´ para describir la condición de las acciones por la cual no había licitaciones, sino solo frenéticas ofertas.
Luego de la reunión, Lamont cruzo Broad Street hasta la bolsa para encontrarse con sus directores. Ellos habían sido llamados discretamente durante las horas de comercialización y se reunieron en las habitaciones de la Corporación de Clearing de Acciones para evitar, así, atraer la atención.
Lamont se sentó en el rincón de un escritorio y les hablo acerca de la fusión. Luego agrego; ´´ Caballeros, no hay ningún hombre ni grupo de hombres que pueda comprar todas las acciones que el publico norteamericano tiene para vender ´´. Hoy parece una afirmación muy obvia, pero sonó terrible a los directores de la bolsa reunidos allí. Significaba que el miembro más sagaz de la casa bancaria más poderosa del país les estaba diciendo simplemente que los recursos reunidos de Wall Street, movilizados en una escala nunca intentada antes no podían detener ese pánico.

De hecho, la fusión de Banqueros resulto un lamentable fiasco. Sin ella, sin duda la Bolsa se hubiera visto obligada a cerrar, ya que realmente proveyó licitaciones para acciones importantes cuando debido al pánico y la confusión del mercado, no había propuestas disponibles. Logro un pequeño beneficio pero no tuvo la mínima chance de determinar la avalancha de ventas que cayeron desde todo el país. El mercado se había hecho demasiado grande. Los días que siguieron, en retrospectiva, son pocos claros, Wall Street se convirtió en un espectaculo de pesadilla.


El rugido animal que se eleva de piso de la bolsa, que en días activos se escucha fácilmente desde la calle, se volvió angustiado, aterrador. Las calles estaban repletas con una multitud en la que se mezclaban pequeños especuladores agonizantes que caminaban sin rumbo fijo porque temían enfrentar las pizarras y al empleado; vendedores agotados, morbosamente impelidos a visitar el escenario de su ruina; individuos y curiosos y turistas que buscaban mirando el exterior de la Bolsa y los grandes bancos, obtener una visión mas cercana de la catástrofe nacional ; corredores que se abrían frenéticamente a través de la multitud de desocupados y curiosos, en un esfuerzo por realizar envíos de un volumen de fianzas sin precedente que estaba siendo comercializado en la Bolsa.


Los marcadores se hundieron sin esperanzas, y se volvieron completamente insignificantes. Tarde en la noche, y a menudo durante toda la noche, las luces brillaban en las ventanas de los altos edificios de oficinas donde los empleados y contadores luchaban con la desesperada tarea de intentar dejar las cuentas claras de un día de negocios antes de que comenzara el siguiente. Se desmayaban en sus escritorios, los abatidos corredores caían exhaustos en los pisos de mármol de los bancos y allí dormían. Pero en pocos meses tendrían mucho tiempo para descansar. Para entonces miles de ellos estarían desempleados.

Fuente(s):

http://www.1y2gm.com/aspectos-generales-...

sábado, 28 de marzo de 2009

LA CRISIS ECONOMICA EXPLICADA EN EL AULA


El mundo está hoy en un nuevo período recesivo, por causa de una crisis que tuvo sus orígenes en préstamos inmobiliarios, pero alcanzó tal magnitud que hizo caer a dos de los más grandes bancos estadounidenses.

Como si fuera una montaña rusa, la economía mundial sube y baja al atravesar períodos de crecimiento y de recesión. Hoy, como sabemos, el carro va en declive. Ya nos acostumbramos a usar la palabra ‘crisis’ al describir la situación económica actual. Para entender el origen de esta contracción de los mercados es necesario desenredar una verdadera madeja de factores.

La crisis financiera de nuestros días partió en Estados Unidos a fines de 2006. Los norteamericanos habían vivido un largo período de bonanza, por lo que tenían un mayor poder adquisitivo, o sea, tenían más dinero.

Los bancos decidieron entonces ser más flexibles en la entrega de préstamos para comprar inmuebles, otorgando mayor cantidad de créditos subprime, dirigidos a clientes que no eran lo suficientemente solventes en su capacidad de pago. Eran créditos hipotecarios, o sea que si el cliente dejaba de pagar su deuda, la casa o el departamento comprado pasaba a manos del banco.

Los famosos créditos subprime son un tipo de préstamo que los bancos estadounidenses hacen a clientes que no tienen mucha capacidad de pago, por lo que tienen un mayor riesgo de dejar de pagar su deuda. Para compensar este riesgo, los bancos prestan la plata a un interés más elevado, lo que significa que a la larga el cliente que pidió el préstamo deberá pagar más.

Los bancos estaban más dispuestos a prestar dinero, y por lo tanto lo hacían a tasas de interés bajas.

La tasa de interés es una cantidad de dinero que alguien debe pagar por pedir un préstamo. Si una persona deposita plata en el banco, el banco le paga una cantidad de dinero a esa persona, de acuerdo a la tasa de interés vigente. Si una persona le pide dinero prestado a un banco, debe pagar una cierta cantidad al banco por ello. En el fondo, todo aquel que pide dinero prestado tiene que pagar por ello. ¿Cuánto? Un porcentaje de la cantidad que pide prestada.

Como las tasas de interés eran bajas, la gente tenía más ganas de endeudarse, por ejemplo, para comprar casas y departamentos, por lo que hubo un aumento de la oferta inmobiliaria.

La analista de BCI corredores de bolsa, Pamela Auszenker explica que “al comienzo había un boom en el mercado inmobiliario y mucha competencia entre los bancos por obtener el negocio y en ese sentido había una carrera por otorgar préstamos inmobiliarios y no se fijaban mucho a quién le estaban prestando”.

Lo que quiere decir Pamela es que los bancos competían entre sí por prestarle dinero a la gente y por lo tanto no se fijaban si estas personas serían capaces de pagar la deuda.

Como los bancos querían hacer más préstamos requerían de mayor liquidez, es decir, dinero en efectivo. ¡Necesitaban más dinero para seguirlo prestando a más personas que quisieran comprar casas! Recurrieron entonces a una práctica común en el sector: la comercialización de esos créditos inmobiliarios. Este negocio consiste en que los bancos venden a otras entidades de inversión la deuda que las personas adquirieron con ellos para tener su vivienda.

¿Se puede vender una deuda? Claro que sí: si un banco necesita dinero en efectivo y tiene una cartera de clientes endeudados con él, se la puede vender a otro banco o institución financiera, que la compra a un precio menor. Así las personas que le debían dinero a un banco pasan a debérselo a otro, lo que para ellas no trae mayores consecuencias. El banco que vende su cartera de deudores, deja de ganar intereses pero por otro lado, obtiene dinero efectivo para invertirlo en sus negocios más urgentes.

Esos créditos son comercializados como bonos hipotecarios, es decir, que en caso de no pago por parte de los deudores, el inmueble queda en manos de las instituciones prestamistas.

Pero se produjo una oferta excesiva de viviendas, conocida como ‘sobre stock’, además de que mucha gente no pudo seguir pagando su deuda y las viviendas que habían comprado pasaron a manos de los bancos. De pronto los bancos en vez de dinero, tenían un montón de casas y departamentos y debieron rematarlos. Pero como había tantas viviendas vendiéndose al mismo tiempo, su valor disminuyó drásticamente. Resultó así que los bancos no podían recuperar el capital que habían invertido: perdían plata todo el tiempo.

Al bajar el precio de las viviendas, bajó también el precio de los bonos hipotecarios que los bancos habían vendido a otras instituciones. Éstos eran equivalentes o incluso superiores al valor de los inmuebles, pues cuando los clientes subprime adquirieron la deuda con los bancos, se pensó que las casas y los departamentos subirían su valor con los años.

Al darse cuenta de esta situación, las instituciones financieras que habían comprado bonos hipotecarios a los bancos trataron de deshacerse de ellos, pero era demasiado tarde. Los inversionistas, que incluían a bancos extranjeros como el francés BNP Paribás, perdieron confianza y comenzaron a retirar su capital de ellas, trayéndole problemas de liquidez. Fue tal el desastre que este año quebraron dos de los cinco bancos de inversión en Estados Unidos: Bear Stearns y Lehman Brothers, éste último con 158 años de historia.

La recesión: una epidemia

Es así como un problema inmobiliario se transformó en una crisis financiera, que a estas alturas ya contagió a la economía como una peligrosa gripe.

La caída de esos dos bancos en Estados Unidos, sumado a los magros resultados de otras entidades bancarias, provocaron el desplome de las bolsas de comercio del mundo. Las bolsas son los lugares donde se transa el valor de las acciones o títulos de propiedad de una sociedad anónima o compañía y por ende refleja la situación de esas empresas.

Dado que los valores de las bolsas de comercio descendieron bruscamente, los países empezaron a tomar medidas para enfrentar esa nueva contingencia, como bajar sus proyecciones de crecimiento, que es medido a través del Producto Interno Bruto (PIB) de los países.

El PIB es el valor en términos monetarios de la producción de bienes y servicios de una nación en un período, que puede corresponder a un trimestre o a un año. Si el PIB aumentó entre el período actual y el anterior, significa que el país creció; si disminuyó el PIB entre ambos lapsos, quiere decir que la nación está pasando por una recesión.


La actual situación económica que enfrenta el mundo ha llevado a que algunos países se declaren en recesión, es decir, que ya cuentan con dos trimestres en que su Producto Interno Bruto (PIB) ha caído, como es el caso de Irlanda.

Como las naciones tienen ingresos menores en una crisis, el consumo disminuye, tanto a nivel nacional como internacional. Por ello, se contrae la demanda, que es la intención de comprar bienes o servicios para satisfacer necesidades. Si hay menor demanda, los precios de los bienes disminuyen y eso es lo que pasa con el valor de los commodities.

Las commodities son las mercancías en forma de materia prima que son más requeridas en el mercado internacional, como por ejemplo, el oro, el cobre y el petróleo.

Si la producción de los países disminuye, compran menos cobre, por lo tanto su precio internacional disminuye.

Los síntomas en Chile

De acuerdo a la analista de BCI, “los commodities caen por dos factores: en primer lugar el dólar se ha ido fortaleciendo en Chile, en el tercer trimestre del 2008 hemos pasado de un dólar a $430 a un dólar a $650; y la segunda razón es que se espera una menor demanda de las economías por esos commodities”.

grafico de evolución del precio del cobre

Puede ser complicado entender que proviniendo la crisis de Estados Unidos, su moneda se revalúe, pero ante una crisis la gente tiende a ahorrar su dinero, comprando el tipo de moneda que parezca más estable. Ausenzker aclara que “el dólar ha sido, históricamente, un instrumento de refugio de las personas, y ante cualquier crisis, la gente tiende a refugiarse en el dólar porque lo ve como una moneda relativamente estable que no va a perder su valor”.

Volviendo al tema de la baja en el precio de los commodities, es justamente la baja de este factor el que tendrá un efecto directo de la crisis en Chile, pues las exportaciones, especialmente de cobre, son una gran base de la economía nacional y al perder su valor estos bienes y ser menos demandados, los ingresos del país descenderán y su crecimiento se verá impactado negativamente.

Pese a esto, Pamela Auszenker tiene una mirada un poco más optimista, pues según ella “dado de que estamos en una economía globalizada, vamos a sentir el efecto, pero va a ser bastante menor que en el resto del mundo”. Esto se entiende porque en los momentos en que el cobre alcanzó precios históricos hubo una política gubernamental de ahorro que permite ahora afrontar la crisis de manera más sólida, pero además, porque el sistema bancario del país es firme y el nivel de deuda de la banca privada con otras instituciones extranjeras es bajo.

Entonces, lo más prudente es incentivar el ahorro y restringir el gasto, aunque sin caer en pánico, pues en momentos de crisis, no conviene “entrar en crisis”.

Fuente: Educar Chile

domingo, 1 de febrero de 2009

QUIERO ESCRIBIR ESTAS LINEAS PARA DESAHOGARME, SOY UN COTIZANTE DE AFP EN FONDO "A"

El 2008 pasara a la historia como el año del mayor escándalo económico desde que existe esta pequeña franja de tierra, a siete millones de chilenos se les “hurto” literalmente miles de millones de dólares desde sus fondos previsionales, se calcula que bordean los 40.000 millones de dólares, estas cifras siderales no se esfuman, pasan a otros bolsillos. Estas cifras alarmantes corresponden al 40% de los fondos, se habla de 6 a 7 años de cotizaciones perdidas.
Los dueños de las Administradoras de Fondos de Pensiones, que no son los trabajadores que cotizan si no empresarios chilenos y extranjeros, disponen de estos fondos como si fuera un enorme juego de salón como el conocido “Capital”, con nuestros fondos juegan a la ruleta rusa, total al final los fondos no le pertenecen. Yo me pregunto, ¿hasta la fecha aun no leo en la prensa que un administrador fuera despedido por este debacle?, todo lo contrario salen en la prensa y televisión llamando a seguir en los fondos A, B y C aun cuando estos siguen cayendo, lo increíble es que ellos hace rato ya se resguardaron en los fondos “D” y “E”, por lo visto no se hacen responsables de sus actos, mas que mal se escudan en que cada cotizante eligió el fondo y en la letra chica del contrato que nadie lee, esta estipulado que la responsabilidad es del cotizante.
Ha pasado mas de un cuarto de siglo desde que el otro Piñera, José Piñera presentara su engendro, para recordar en aquella época el debate no existía, menos la oposición, no había Congreso, por este motivo resulto bastante fácil para el señor Piñera implantar su creación.
Para los que ya trabajábamos en esa época, recordamos claramente las presiones brutales a que fuimos sometidos para que nos cambiáramos, primero se vendió la idea que por ser la tasa de descuento más baja, el sueldo líquido aumentaba, por aquel tiempo las rentas habían perdido mucho poder adquisitivo, eso produjo la primera gran oleada de cambios, la propaganda hablaba de que este sistema generaría mejores pensiones que el sistema antiguo, para los mas reacios al cambio se debió utilizar otro tipo de presiones, el hecho de no cambiarse se consideraba opositor al régimen imperante, situación no menor por aquella época.
Después de 27 años el sistema por si solo habla de fracaso, nada de los anterior a ocurrido, las pensiones son mas bajas que el sistema antiguo, no existe ninguna seguridad con los fondos ante una crisis económica, parte importante de la población no alcanza ni siquiera a la pensión minima, con el transcurrir de los años, este sistema esta lleno de parches, cuando nació se dijo que con el 10% de cotizaciones bastaba, luego se crearon las cotizaciones voluntarias, apv, los diferentes fondos, ahora se puede cotizar de una fecha hacia delante en un fondo determinado y mantener lo acumulado en otro, por lo visto parches tras parches.
Los gobiernos de la Concertación también tienen mucha responsabilidad, es verdad que este modelo previsional fue creado sin parlamento y en un régimen autoritario, pero no es menos decir que de esta historia gran parte del tiempo trascurrido ha sido bajo gobiernos democráticos, administrados por la concertación, bajo esta perspectiva debemos preguntarnos, ¿por que tanto silencio gubernamental ante esta crisis?, recordemos que allende la cordillera, el gobierno argentino no dudo en nacionalizar los fondos de pensiones, y repatriarlos, ¿por que en chile nada de esto a ocurrido?. Estas interrogantes estarán muy presentes en este año electoral, y serán muy difíciles de eludir.
Mientras tanto si usted es un cotizante de las AFP y sus fondos los tiene en el “A”, “B” o “C” si quiere dormir tranquilo cámbiese al Fondo “E” así podrá dormir un poco mejor, recuerde que esto recién comienza, no lo digo yo, lo dice el flamante presidente electo de estados unidos de Norteamérica, es decir el Sr.Obama, si el no sabe, que nos queda a nosotros.

Autor: Leonardo Favic
E-mail: Leonardofavi@yahoo.com
3 de Enero de 2009

martes, 6 de enero de 2009

¿LOS COTIZANTES DE AFP DEBEN CAMBIARSE A LOS FONDOS DE TIPO E?


La actual crisis económica está produciendo desastrosas mermas en los fondos previsionales de los chilenos. Insólito y escandaloso resulta el silencio de los medios, gobierno y empresariado, que insisten en que los cotizantes mantengan su dinero en los fondos más riesgosos, pese a que hasta el propio presidente de la CPC, Alfredo Ovalle, reconoció que tiene sus fondos en los de tipo E, que son los más seguros.

El economista de CENDA, Manuel Riesco Larraín, viene siguiendo la pista al sistema previsional chileno, el que apropia para las AFP de uno de cada tres pesos cotizados. Riesco da las pistas sobre qué hacer con los fondos en la actual coyuntura, analiza el desastre que implican las AFP y anuncia el fin del neoliberalismo.

¿Según sus cálculos a cuánto ascienden las pérdidas de los fondos de los cotizantes de las AFP desde la crisis sub prime en Estados Unidos?

Según el índice que el Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo (CENDA), actualiza diariamente a partir de las cifras disponibles en el sitio web de la Superintendencia de Pensiones, desde el inicio de la crisis, el 25 de julio del 2007, y hasta el 30 de septiembre del 2008, las pérdidas de los fondos de pensiones que administran las AFP ascendían a 20.006 millones de dólares de hoy, equivalentes al 18,97% del fondo total. Quiénes están en el fondo A - más de un millón trescientas mil personas - han perdido hasta ese día un 28,35%, y los casi cuatro millones de afiliados que están en el fondo B han perdido un 22,4%. Solamente los 56 mil afilados al fondo E, menos de un 1% el total, no han perdido nada en este período.

¿Qué riesgo tendrían los cotizantes si cambian sus fondos a los del tipo E mientras ocurre la crisis?

Nunca van a perder. A lo más dejarán de ganar en algunos rebotes del mercado en el curso de su caída, la cual probablemente se encuentra por ahora a medio camino, con suerte. Lo más probable es que antes que termine la crisis las pérdidas suban mucho más. Hay que considerar, además, que en los fondos A, B y C, una pérdida de 50% anula una ganancia previa de 100%.

¿Cuántas personas están potencialmente afectadas?

Loa afectados son millones, todos los afiliados en definitiva, aunque el 60% de menores ingresos está ahora protegido por la pensión básica solidaria que se ha logrado aprobar con la reciente reforma. El problema es para los sectores medios que viven de un salario y los que fueron dejados a merced de las AFP. Lo que hay que hacer ahora - y debería haberse hecho hace un año tal como se pidió a las autoridades en ese momento - es intervenir los fondos y proceder a su repliegue ordenado y rápido hacia inversiones seguras, ojala en el país.

¿Qué le parece que los medios de comunicación, y los economistas entrevistados en televisión preferentemente, han recomendado todo este año no emigrar a fondos más seguros?

Argumentan que se trata de inversiones de largo plazo y, por lo tanto, no conviene moverse. Adicionalmente, recuerdan acerca de las ganancias obtenidas durante los años anteriores. Sin embargo, no acierto a entender porqué conviene perder ahora cuando existe la alternativa de no hacerlo. Lo ha escrito recientemente un lector de El Mercurio, quien dijo que “felizmente no les hice caso y me cambié al fondo E hace unos meses evitando perder mas de un 20% de mis fondos, sin embargo - agrega el lector - hoy siguen recomendando lo mismo”. Puede ser que lo que estos voceros pretenden es evitar que los afiliados se cambien masivamente, pero en ese caso aparecen dispuestos a sacrificar los ahorros de millones de afiliados en la supuesta defensa de la estabilidad del sistema. Sería bueno que alguien les preguntara a los directores de AFP adonde tienen ellos sus propios fondos desde que se inició la crisis.

¿Qué medidas debiera tomar el Ejecutivo?

Lo que se necesita es una acción efectiva, como la que están llevando a cabo las autoridades de los países más afectados. Hay que intervenir los fondos y proceder a su repliegue ordenado de inmediato y eso solo lo puede hacer la autoridad. Esto no lo resuelven “los mercados,” si estos son el problema actualmente.

¿Qué opina de las últimas modificaciones hechas al sistema de AFP?

Lo que parece francamente impresentable es que en el medio de la crisis el Parlamento haya aprobado un proyecto del gobierno que elimina las pocas restricciones que quedaban aumenta y el grado de exposición de los fondos al exterior donde se han producido más del 80% de las pérdidas de estos meses, a instrumentos como los derivados que han sido denominados “armas de destrucción masiva” por el inversionista Warren Buffet, y a las agencias clasificadoras de riesgo que hasta el último momento clasificaron las “subprime” como inversiones muy seguras. Ello muestra hasta que punto las políticas públicas en Chile han quedado a merced de un pequeño grupo de operadores financieros que han profitado extraordinariamente de todo este sistema a lo largo de muchos años, y de que manera el extremismo ideológico de los tecnócratas los ha conducido a la ceguera total. Felizmente esa era distorsionada terminó con esta crisis aunque en Chile muchos todavía no se dan cuenta.

¿Qué gestiones ha hecho CENDA y con qué autoridades respecto a esta situación y cómo evalúa la respuesta?

CENDA ha enviado cartas a las autoridades el 29 de agosto del 2007 y luego el 12 de noviembre de ese año, alertando de la situación que se venía y pidiendo poner los fondos a resguardo. Eso es lo que hubiese hecho cualquier autoridad o persona responsable e informada. Ni siquiera respondieron las cartas. Al revés, como se ha mencionado, concedieron a los operadores de las AFP todas las desregulaciones que pedían. Felizmente el diputado Aguiló, en agosto del 2008, citó a una reunión especial de la Comisión de Trabajo para escuchar la presentación de CENDA y luego junto a varios colegas presentaron un proyecto de acuerdo.

¿Cuál es la propuesta del CENDA respecto a la gestión de la previsión de la población chilena?

En una perspectiva a largo plazo es necesario restablecer gradualmente un pilar previsional de reparto mediante cotizaciones patronales, que complemente las jubilaciones AFP de modo de garantizar a todos de por vida una pensión definida, al menos equivalente a la que hubiesen recibido de permanecer en el INP. Adicionalmente, es necesario reformar a fondo la administración del sistema, afiliando a todos al sistema público que puede cobrar, pagar y manejar las cuentas a un costo muy inferior a las AFP, y administrar un sistema de gestión de fondos previsionales parecido al sueco, donde existen más de 600 administradoras de inversiones, entre ellas una estatal.

¿Pero ustedes no presentaron esto ante la Comisión Marcel?

Sí, CENDA presentó ante la comisión Marcel la factibilidad de esta solución. Hay que terminar de una vez por todas con este sistema que expropió las cotizaciones previsionales a los trabajadores - que antes se usaban para pagar pensiones y dejaban un superavit de un tercio - y las entregó a los especuladores financieros que ahora las están perdiendo a manos llenas. Las AFP y compañías de seguros que se han apropiado de uno de cada tres pesos cotizados desde 1981 hasta ahora como comisión por administrar este desastre. Y han tenido la patudez de subirlas hace pocas semanas.

¿Qué le parece el proyecto de ley presentado por los senadores Guillermo Vásquez (PRSD) y Carlos Bianchi (IND) para la creación de una AFP pública que no dependa de Banco Estado?

La iniciativa es digna de apoyo. Me parece una buena idea que el Estado ofrezca una alternativa para administrar los ahorros previsionales. En una perspectiva mas larga, sin embargo, parece indispensable reformar a fondo este sistema que entrega las cotizaciones previsionales a especuladores financieros que luego los pierden.

Sin embargo, hoy es necesario resolver un asunto muy urgente, que es investigar las pérdidas reales de los fondos, que son probablemente mucho mayores que las informadas, porque millonarias inversiones en papeles e instituciones de dudosa liquidez (ver Inversiones AFP en el Exterior a Agosto 2008), e intervenir los fondos para proceder a su repliegue ordenado a inversiones seguras en el país. CENDA viene advirtiendo de esta situación y solicitando estas medidas desde hace un año. Felizmente, un grupo de diputados de todas las bancadas, encabezados por el Diputado Sergio Aguiló ha introducido en estos días un proyecto de acuerdo que recoge estos planteamientos.

CRISIS DE 1997

¿Qué lecciones se pueden extraer de la crisis de 1997?

En Chile ha sido denominada la Crisis Massad, debido a la torpeza con que el Banco Central manejó la situación, estimulando la economía en pleno boom económico y luego restringiendo a cero el dinero cuando la recesión se desató. En justicia debería llamarse la crisis Massad-Eyzaguirre, puesto que el segundo llegó reduciendo el gasto fiscal que su antecesor felizmente había expandido para moderar el efecto de la crisis, y prometiendo que ello iba a generar 200 mil nuevos empleos en un año. Lo que generó exactamente fue la misma cifra de desempleados el 2000. Luego con su teoría del superavit estructural, que su profesor Dornbusch calificó de “tonta regla,” mantuvo en los hechos una política fiscal recesiva a lo largo de casi todo el gobierno de Lagos, prolongando con ello la fase recesiva de ese ciclo.

¿Qué se puede hacer entonces?

La manera en que las autoridades de los principales países desarrollados están enfrentando la crisis en curso constituye una verdadera lección para nuestros economistas, que todavía aparecen insistiendo en diagnósticos equivocados como poner el énfasis en la inflación cuando el mundo entero se encuentra entrando en recesión ¡Si hasta el director del FMI ha llamado a aplicar una política monetaria y fiscal expansiva a todos los gobiernos del mundo!

El ministro Velasco ha insistido que la economía chilena está blindada ante esta crisis ¿Qué tan en serio podemos tomar estas palabras?

Es verdad que hay importantes reservas. Sin embargo la economía chilena es muy vulnerable por tres razones principales: La primera es que el ciclo que se inició en 1997 está llegando a término - eso se aprecia por ejemplo en algunas constructoras que crecieron mucho y ahora están en dificultades. A simple vista se aprecia que la economía chilena vive una fase de boom y ello significa que la actividad iba a bajar de todos modos. Segundo: Encima le cae la mayor crisis mundial a una economía que es muy pequeña, abierta y que depende del precio del cobre y las materias primas que constituyen el grueso de sus exportaciones y que se están derrumbando. Adicionalmente la brutal restricción del crédito en el mundo ya se está reflejando internamente, cosa que hasta ahora no había ocurrido porque capitales especulativos reciclaron hacia economías como la nuestra parte del mar de liquidez con que los bancos centrales han venido inundando el sistema financiero desde hace un año. Pero eso terminó porque ahora los inversionistas no confían en ningún país. A todo lo anterior hay que agregar la política monetaria y fiscal interna, cuyas autoridades parecen querer rivalizar con Massad-Eyzaguirre.

¿Qué pasa en este tipo de crisis con los precios de los commodities, como los producidos en Chile?

Se están viniendo abajo al pincharse lo que Soros denominó la “superburbuja” especulativa que los afectó en los meses recientes. Es un buen ejemplo de los terribles efectos que puede producir el flujo no regulado de inmensas masas de recursos en manos de especuladores que las transfieren en manada de uno a otro sector alrededor del mundo. Lo que parece insólito es que muchos economistas y reguladores todavía atribuyan a “fundamentos del mercado” un alza generalizada de los commodities que elevó sus precios ¡al doble y triple en algunos casos! y luego una caída que los retrae más o menos a la situación anterior ¡todo en el curso de unos pocos meses! Los fondos de pensiones de los chilenos han sido entregados a las manos de estos mismos especuladores - que cuentan ahora con vía libre para hacer lo que se les de la gana con las nuevas reformas implementadas por el gobierno y parlamento.

SUPERHÁBIT FISCAL

¿Cuál es el escenario para las reservas fiscales guardadas en dólares fuera del país?

Todas las inversiones en el exterior en este momento están en peligro, excepto aquellas en instrumentos muy seguros, como pagarés del Tesoro Estadounidense u otros países, o en oro. Por este motivo parece altamente cuestionable hoy que esas reservas no se utilicen en mayor proporción por ejemplo en pagar la deuda de CODELCO, ENAP, ENAMI, y el Metro, las que han sido incurridas porque gobiernos sucesivos han cargado a dichas empresas el costo de subsidios necesarios que han venido entregando a los sectores respectivos en diversos momentos.

¿No será mejor respaldar este dinero en euros?

Desde luego, las que están en dólares dependen de la fortaleza del dicha moneda lo que no parece una apuesta muy segura en el mediano y largo plazo. Autoridades europeas han declarado recientemente que el Euro, el Yen y el Yuan entrarán a competir con el dólar como monedas mundiales.

FIN DEL NEOLIBERALISMO

El Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz comparó la actual crisis del sistema financiero, para el capitalismo, con la caída del Muro de Berlín, respecto al socialismo del siglo pasado. ¿Es así de profunda esta crisis?

Es muy buena la analogía de Stiglitz. Como ha dicho Eric Hobsbawm, el capitalismo va a sobrevivir esta crisis pero no así la locura que los mercados los resuelven todo. Asimismo, también sobrevivió a la caída de los muros la idea bastante razonable que, al igual que los regímenes que precedieron este sistema, no va a durar para siempre y será reemplazado en algún feliz momento por otro - llámese socialismo o como sea. Lo que se derrumbó en ese momento fue la esperanzadora posibilidad que los más avanzados regímenes de los países subdesarrollados del siglo XX - que en general conformaron todos ellos diferentes variantes de lo que se denominó el desarrollismo estatal - hubiesen sido ya el régimen aquel que algún día sucederá al capitalismo en la historia.

¿La intervención del Gobierno de EEUU en el mercado financiero será capaz de evitar el efecto dominó e impedirá que la crisis se traslade a la economía real?

La percepción que viene transmitiendo desde hace un año el Financial Times de Londres - cuyos editores conviven a diario con los principales jefes de la economía mundial - es que esta crisis es gigantesca, mundial, afectará a la economía real, y se encuentra recién a mitad de camino de caída - con mucha suerte. En este instante atraviesa uno de sus clímax más complicados, donde se aprecia que las autoridades están perdiendo el control de la misma. Eso es lo más significativo de lo ocurrido con el “Plan Paulson” y el “Plan Sarkozy” esta semana.

En la opinión del diario inglés, es muy probable que el grueso de la banca de los Estados Unidos y Europa esté nacionalizada al cabo de poco tiempo. En el año transcurrido, no hay día en que no haya aparecido un nuevo giro que agrava la situación. A partir del 15 de septiembre no hay día en que no caiga uno o varios bancos comerciales, o bancos de inversiones, fondos de cobertura (hedge funds), fondos mutuos, vehículos de inversiones estructurada (SIV), compañía de seguros, fondos de mercados de liquidez, y toda la gama de aparatos que conformaron lo que se llamó la “banca sombra” y que llegó a manejar 10 billones de dólares sólo en los EEUU, equivalente a la banca comercial. Por otra parte la evidencia de la recesión en las principales economías del mundo es ahora definitiva, lo que agravará todo lo anterior. Hay que afirmarse los pantalones porque la cosa se ve color de hormiga.

¿Se podría anunciar el fin del neoliberalismo?

El efecto histórico más relevante es que “el capitalismo salvaje ha muerto” como ha declarado Henry Paulson secretario del Tesoro de los EEUU y ex jefe de Goldman Sachs. “Laissez faire s’est fini” ha dicho Sarkozy. La era neoliberal se está hundiendo en una hecatombe solo comparable a la que enterró al liberalismo manchesteriano en 1929. La intervención del Estado para rescatar y regular los mercados es ya un hecho, y a un nivel sin precedentes por sus dimensiones.

¿Qué implicancias políticas trae esta situación?

El problema es que hay al menos dos vertientes en esa intervención y una de ellas es muy peligrosa puesto que se trata del populismo de derecha agresivo, de corte facista, que se extiende como un tumor hasta en las sociedades más cultas sobre el caldo de cultivo de la inseguridad y temor de la población. Allí donde logra entronizarse conduce rápidamente a la destrucción, el crimen, la catástrofe y el holocausto. Es la reacción suicida de la sociedad frente a estas dificultades. Frente a ello existe otra alternativa, sin embargo, que es la salida racional, compasiva, democrática, que enfrenta la crisis con decisión ofreciendo un nuevo trato a las poblaciones, poniendo en cintura a los capitales desbocados que la ocasionaron y regresando a los ideólogos extremistas anarquistas de mercado al oscuro cajón teórico del cual nunca debieron haber vuelto a salir. Esta es la alternativa de sanación y progreso. Lo que hace la diferencia entre uno y otro camino es la política democrática. Es el momento de deponer muchas diferencias que los separan hoy y unir a todos aquellos que están por esta última alternativa para instalar un nuevo bloque en el poder que tenga la convicción y capacidad para realizar este giro.

Manuel Riesco

Economista

Fuentes: El Ciudadano