sábado, 18 de agosto de 2012

Gestionar empresas en tiempos de crisis


La recesión esta ya instalada, aun que a esta altura ya pueda sea tarde, sigue siendo aconsejable para que los responsables de las empresas, en especial las PYMES, aun cuando estén o no en este momento golpeadas ya por la recesión, realicen cambios en la gestión de su organización.
Los directivos de empresas por lo general cuando la situación económica esta buena, se sienten mejor preparados y capacitados para dirigir, obviamente, es mas fácil ya que los problemas son menores y el viento esta a favor. Sin embargo, ante una recesión o crisis muchos de aquellos directivos que se desenvolvían cómodamente en tiempos buenos, no sean capaces se conducir correctamente en un escenario tormentoso. En esos momentos aparecen claramente sus incompetencias. La desesperación cunde y puede ser fatal de no mediar ayudas externas, estas ayudas no necesariamente aseguran que no se produzca el hundimiento, pero sin duda serán un buen flotador para mantener con vida a la empresa. La contratación de profesionales con experiencia, lo que, por otro lado, no supone ningún demérito ya que quizás lo aconsejable sea tener que adoptar medidas que pueden diferir sustancialmente de las que se han venido implementando hasta entonces.
En los períodos de crisis, con escenarios tormentosos, cada organización suele adoptar unas decisiones en función de sus necesidades que pueden resultar dispares con las que adopten otras en las mismas condiciones, pero con distinta visión estratégica. Hay empresas que en estos escenarios fortalecen sus campañas de publicidad e invierten en nuevos productos, otras eliminan gastos en publicidad y formación, con el fin de destinar estos recursos a la gestión financiera a corto plazo. Naturalmente, cada una de esas políticas arrojarán resultados futuros distintos.
Las medidas de protección deben abarcar todas las áreas de la empresa: comercial, producción, finanzas, personal, etc, destacándose las siguientes:
  • Desarrollar un nivel de retribución basado en el incremento de la productividad, calidad y atención al cliente
  • Establecer una política basada en la puntual y más amplia información del entorno
  • Explorar aquellas alianza estratégicas que puedan incrementar el prestigio de la imagen corporativa
  • Mantener un nivel de liquidez aceptable a fin de atender las obligaciones contraídas, aprovechando al máximo las fuentes de financiación espontáneas
  • Actuar contundentemente contra los impagados practicando una concesión de crédito a clientes rigurosa
  • Analizar los productos que aporten mayor valor añadido y optimicen las ventajas competitivas
  • Buscar fuentes alternativas de suministros
  • Disponer de planes estratégicos alternativos en virtud de las contingencias que se puedan ir presentando
  • Comunicar debidamente las medidas que se adopten, explicitando las que sean de carácter coyuntural de las estructurales
  • Evitar la marcha de los “cerebros”
  • Prevenir, en la medida de lo posible, climas de nerviosismo, desconfianza e inseguridad
  • Diseñar una estructura organizativa ágil, que facilite la comunicación y la toma de decisiones. Las indecisiones, dilaciones y dudas en el cumplimiento de los acuerdos. Las dudas injustificadas pueden ser, en estos momentos, más perjudiciales que nunca
  • Procurar por todos los medios mantener un nivel de liquidez, con preferencias a comprometer la misma en crecimientos desmedidos
  • Centrar todos los esfuerzos y sinergias a la atención de los puntos débiles de la empresa. Todos los recursos serán pocos y los resultados sorprendentes.
Estas medidas forman parte de un grupo aun mayor, pero son las más consensuadas por los expertos, estas medidas una vez que los directivos las eligen, se deben llevar a cabo sin vacilación alguna. Se debe huir de las políticas-péndulo, basadas en contentar a todos, en hacer lo contrario de lo que se predica o prometer lo que se sabe que no se cumplirá. En estos momentos, más que nunca es cuando se requieren grandes dosis de prudencia, cautela y capacidad de decisión.
En tiempos de crisis se debe obligatoriamente actuar, no hacerlo oportunamente llevara a la empresa al centro de la tormenta, recibiendo un daño de tal magnitud que sin duda producirá su muerte.